Felices XV años…

Hoy, después de haberme desayunado unas ricas enchiladasverdesgratinadasnomamesquépinchedelicia! —por ahí de las 13:30 hrs.—, no sé cómo carajos es que terminé en una expo de quinceañeras… Bueno, sí sé por qué, pero no sé cómo es que acepté ir… ¿y saben qué?… no me arrepiento. Ustedes perdonarán, pero: o soy un gran degenerado o realmente las quinceañeras actuales están bastante apetecibles, voto porque realmente están más buenas que antes (soy modelo 88 aclaro y no, no soy pedófilo1)

El costo para poder acceder libremente a la expo era de quince devaluados, pero yo no quise entrar porque —pa’ qué chingados—; así que me quedé perdiendo el tiempo en la entrada2. En fin, estaba yo ahí sentado analizando a las personas que entraban y salían, cuando de pronto…. ¡VvvVvVáaaaalgame Dios!… Un angelito con vestido de quinceañera salía de la expo para dirigirse al baño de mujeres, acompañada de por quien supongo que era su madre (una mamacita, también); sólo la ví pasar de ida y vuelta sin darle mayor importancia —¡¡Pppppffff!!!— pronunciaba yo mentalmente cada que la veía y en ese momento no se me ocurrió relacionarla con la pasarela que había notado desde que llegué.

Pasaba el tiempo y yo seguía esperando a que las personas con las que iba salieran pa’ poder irnos. Mientras esperaba aburrido escuché al “anfitrión” anunciar que iba a haber una exhibición de baile —¡Mmmta madre! A esperar más tiempo— dije. Primera llamada… segunda llamada… comenzamos… Salieron güeyes medio putones a hacer su showcito, después una copia de este “azteca”, y al final unas bailarinas rrrriquísimas también. —¡Sssssabrosas!— gritaba yo ahogando mis gritos (contradictorio pero bien poético, ¿apoco no?) mientras empezaba a disfrutar un poco del estar esperando.

Así pasó la exhibición de los bailongos hasta que el “anfitrión” dijo algo así como:

“Y ahora, para todas ustedes princesas hermosas, el desfile con los vestidos de los diseñadores blah blah blah blah

—¡Aaaay cabrón! ¿Será?— Y sí, empezaron a desfilar las “señoritas” en sus vestidos de “princesas”: una mamacita, dos mamacitas, tres mamacitas… ¡mi ssssabrosa!. —¡Qué buen evento!— repetía yo una y otra vez, mentalmente claro. Terminé de ver el desfile bastante apendejado ya y esperé un poco, parecía ser que el evento ya había terminado. Después del desfile comenzaron a salir, no juntas, las “modelos” ya sin sus disfraces: todas se veían bastante ricas, aunque no de quince años… me limité a suspirar…

En fin, terminó el evento. Salimos y lo primero que se me ocurrió decir fue:

Quiero ser chambelán…

Notas
1. Tengo 20 primaveras. Y sí, puedo ser un degenerado… pero no con alguien de quince años.

2. La entrada y la expo eran separadas por un simple “divisor”, como esos que hay en las filas de los bancos, y un “cadenero”, así que podía ver gran parte de la expo desde afuera y noté que había una pasarela instalada.

P.D.: Espero me sepan entender y no malinterpreten lo que aquí plasmo, de verdad… Los quiero… dejando sus piropos/cumplidos