Payaso Chillón

Hace un par de años vi a uno de esos payasos que tienen la cara triste. Tenía lágrimas dibujadas en el rostro y la boca hacia abajo como haciendo un puchero.
El payaso no hacía más que mirar a todos los transeúntes y sólo se reía cada que pasaba junto a él una persona con un rostro igual o más triste que el suyo. Justo después de reír volvía a reflejar tristeza y melancolía.
Lo observé durante mucho tiempo esperando a que se burlara de alguien feliz, pero no lo hizo. Cada que alguien intentaba darle una propina, él se negaba y parecía que hasta se ofendía. Pasaron muchas personas tristes junto a él —siento sometidas a la burla de éste— y ninguna le reclamó o se enojó: todas lo ignoraron.
No aguanté más y me acerqué a preguntarle por qué lo hacía… El muy hijodeputa se carcajeó sarcásticamente y se orinó en los pantalones al no poder contener la risa: prometí vengarme.
Aprendí a fingir la felicidad y regresé a buscarlo un par de meses después. Lo encontré y cuando pasé frente a él… El hijodeputa lloró desconsoladamente: me lo chingué.
Desde entonces decidí ser mimo.
P.D.: Este fue un post abstracto, güeysss. Los quiero… payaseando.