Está bien. (Jódete.)

Parafraseo:

(Hiiijodetuputamadre.) ¿Estás seguro de esto? No, en serio, creo que deberías pensarlo mejor. (Claro, como ya cogimos… Imbécil.) Lo sé, pero esta decisión no debería resultarte fácil. ¿Seguro? (Seguro eres puto.) Mira, entiendo lo que me dices (sí, ajhá; ni tú te lo crees), pero no comprendo por qué no me dejas estar cerca de ti. ¿Por? O sea, la verdad pensé que podríamos tener algo. (Sí, cómo no, pendeja de mí.) Sí. Lo sé. Sí, en serio. (En serio, chingatumadre.) Pero… No, no es eso; sí, sé que no sientes lo mismo (, culero). ¿Sabes? Trato y trato de acercarme a ti, pero no me dejas; creo que tienes miedo (, puto), deberías dejarlo ir… (No voy a llorar, no voy a llorar…)

Está bien, tú ganas, no insistiré más. (Total, ni estás tan guapo.) Es una lástima que nuestros caminos vayan hacia destinos diferentes (el tuyo va a la chingada, me imagino), pero espero que nos encontremos algún día (para ser yo quien te mande al demonio) y podamos ser amigos. Deseo que te vaya bonito en tu vida**, en serio. (Chingatumadre y muérete.)

Nunca lograré entender por qué la gente tiende a ser tan amable cuando les gustaría insultarte hasta el cansancio. Me parece una cosa estúpida, pero un poco admirable.

P.D.: No se burlen, yo no pedí nacer. Los quiero… insultando.

**Mi esfuerzo para contener la risa aquí fue algo sorprendente. Presumo.