Superfluo

Todas las mañanas, al iniciar mi día, me reviso frente al espejo y realizo una rutina de ejercicios para tratar de averiguar si he obtenido algún superpoder mientras dormía… Desilusión, sigo siendo un simple mortal: así, como Jesús; sí, el hippie.

Pasa que a veces me gustaría poder aventarme por la ventana en un acto suicida y comenzar a volar justo antes de caer (porque sé que me arrepentiré en el camino, ¿ven?). No es que sea yo una persona depresiva, es que ya dejé las drogas.

Pero tampoco me quejo tanto, disfruto mucho la capacidad que tengo para desaparecer de donde ya no quiero estar… Algunos le llaman autosabotaje, creo; me vale madre, la verdad, aunque no siempre. 
¿Se imaginan lo que sería del mundo si nuestros padres pudieran escoger un superpoder para nosotros al nacer? ¿Cuántos se quejarían del suyo como lo hacen con el nombre? El horror, chavos. Mejor así.

En fin, les preguntaría por el superpoder que les gustaría tener, pero tengo cosas más importantes en qué pensar. El averiguar por qué decidí escribir esto esto es un buen ejemplo, aunque ocupar mejor mi tiempo sería una gran alternativa.

Nocierto, a ver, ¿quién los quiere? Cuéntenme lo que quieran, anden.

P.D.: Post sin pies ni cabeza; ahí pa’ la otra. Los quiero… superados.