Inflamado…
Por si no estaban informados, hace como 3 semanas me salió una de las “muelas del juicio” y, como era de esperarse, le hizo bastante justicia a su chingado nombre.
No me dolía tanto, pero sí era demasiado molesta: al final del día ya me dolía la cabeza y el pómulo derecho. En fin, fui al dentista, vieron mis placas y resultó ser que tenía un bonito desvergue, por lo que era necesario extraerlas todas (sí, las cuatro de un putazo).
Sobra decir que siempre me ha dado un chingo de cús-cús todo lo relacionado con dentistas/médicos/hospitales/etcétera… Y no precisamente por miedo al dolor, es más bien por el temor a los errores que éstos podrían tener: equipo no esterelizado, cortar donde no es, despertar sin un riñón, pescar una infección mortal, etcétera.
Pero bueno, este miércoles fueron retiradas todas sin mayor problema y hoy traigo un look bastante chingón —si trabajara en algún tipo de serie cómica, claro está—: Soy una mezcla entre Quagmire, Jabba the Hutt y Orson Welles. A veces uno y a veces otro según la hora.
En fin, les aviso porque espero que su buen corazón les permita enviarme litros de nieve y hartas cajas de analgésicos.
Mientras llegan sus donaciones, me retiro a jugar Zelda: Ocarina of Time* y a seguir aguantándome el hambre.
*Sí, me sigue pareciendo el mejor juego EVER, güeysss.
P.D.: Más al rato un post decente. Los quiero… inflamados.