Labor de convencimiento…
Más de una vez me han dicho que hasta lo que no como, me hace daño. Pero la frase que encabeza este post es simplemente una de las más cagantes que he escuchado en mi vida.
Más de una vez he visto tipos cortejando mamacitas y sigo sin entender cómo puede haber pendejos que son capaces de recurrir a cosas tan poco originales y estupidas a la hora de querer comerse un rabo. Tipos que se encargan de enumerar cosas por las cuales él y ella deben estar juntos. Seres despreciables que tratan de convencer a la mujer de que la mejor opción para ella, es él; ya que con nadie más tendrá tantas cosas en común.
Ejemplo:
Partiendo del punto en el que el pendejo en cuestión sabe que la mamacita es lectora.
ÉL: Es que, güey, neta no mames…A mí también me gusta un buen leer.
ELLA: Qué chido, a mí me encanta García Márquez.
—Pff!! ¿Bromeas? Es mi escritor favorito. Lo que hizo con “El amor en tiempos de cólera”, no tiene precio.
—Pues a mí ni me gustó tanto ese libro. Me sigo quedando con “Cien años de soledad”.
—Ah sí! Eso que ni qué… Está clarísimo que el del cólera no se acerca ni tantito al de cien años.
¿Ya se entendió?… ¿No?… Ok, otro ejemplo:
Platicando de música.
ELLA: Pa’ mí que los Beatles están un poco sobrevalorados, sus fans se me hacen bien tetos, a veces… jijiji.
ÉL: No mames, ¿te cae? Yo siempre he pensado así. Por eso me caes tan bien, tenemos tanto en común.
—Sí, ja… Yo prefiero a los Rolling Stones.
—Pooooota! Y cómo no. La rola de “Miss You” es de mis favoritas.
—Sí, es muy buena. Aunque a mí me late un poco más “Gimme Shelter”… me recuerda las pelis de Scorsese.
—Uuuuy! A mí también me late un buen ese director, es de mis favoritos.
Ok. Espero ahora sí haya quedado claro.
Sé que a veces es necesario tratar de agradar a la mujer, muy a tu pesar. Puedes mentir, fingir, pero nunca sobre- actuar.
Entiendo el mentir y fingir un poco, pero rechazarte a tí mismo a tal extremo; decir una y otra vez que son el uno para el otro; enumerar tus cualidades para que se ajusten a sus necesidades; darle la razón en todo; cambiar tus puntos de vista… y, lo peor… contradecirte tan evidentemente ante sus ojos… Eso sí no lo entiendo.
Es por eso que hoy les propongo, estimadas lectoras, que cuando alguien trate de convencerlas de que son tal para cual:
Diviértanse contradiciéndolo y viendo cómo se muere mordiéndose la cola —como en el “snake” de los celulares—.
Y si eres machín practicante de este método:
Mi más sentido pésame. No vales nada.
En fin, ojalá me haya explicado claramente. Si tienen algunos ejemplos mejores, déjense venir (sin albur).
P.D.: No soy fan de García Márquez, de hecho me cae mal… Los Beatles y los Rolling Stones me parecen buenos por igual, aunque de manera diferente (quiioooobo!)… Hasta pronto, amigos.