El dinero no habla…
Desde hace días mi hermano se la pasa repitiendo: “Todo tiene un precio”; y como él siempre tiene la razón, me puse a organizar un plan maestro.
Ayer le contaba a papá mi plan. Le conté que cuando fuera grande yo pensaba gastar todos mis ahorros jugando a la lotería, hasta ganármela. Le dije que quería tener mucho dinero y ser muy rico.
Antes de que le pudiera decir para qué quería el dinero, papá rió y me dijo que hiciera con mi dinero lo que yo quisiera, pero que siempre tuviera en cuenta que hay cosas que el dinero no puede comprar; y que en su mayoría son aquellas que no se pueden ver ni tocar… No quise hacerle más preguntas, pero me quedé preocupado y hoy ya no estoy muy seguro de querer dinero.
Y es que… Ahora, ¿cómo se supone
Ahora, ¿cómo se supone que le compre mi vida a la muerte?
¿Que para qué? Para que sea yo quien decida cuándo le pongo stop o cuándo le pongo pausa… La vida no vale nada, seguiré jugando mientras alguien le pone precio.
P.D.: Este morro dice cosas cada vez más sabias y agradece su buen recibimiento.