Falsas Esperanzas… (1a. parte)

La atmósfera que se crea en torno a un embarazo —apuestas para atinarle al sexo del feto, regalos, el proponer posibles nombres, bromas con respecto al caracter que tendrá el futuro bebé, molestar a los próximos a convertirse en hermanos mayores, pensar que el niño será lo que los padres no fueron, etcétera—, me resulta simplemente repugnante. Y es que esa atmósfera está lejos de ser sincera, está llena de motivos personales por parte de los “participantes”.

Nunca he entendido la necesidad de las personas por “delegar” metas personales, me caga la gente que ve a un futuro bebé como “una bendición”… Las personas que dicen “dale gracias a la vida, ya verás que este niño trae torta bajo el brazo” (o alguna mamada similar), merecen ser meadas y cagadas mil veces por el bebé en cuestión.

Y es que entiendo que un bebé pueda ser motivo de alegría, que una nueva vida siempre causará revuelo y emoción. Pero me cuesta demasiado trabajo entender por qué la gente se proyecta en la imagen del bebé: toda la familia quiere que el recién nacido tenga un rasgo propio (hablando de familia cercana).

¿Por qué no ver al bebé como lo que es? Un animal más en una selva más que devastada (¡ay, qué mamón!).

Así es, como ya habrán adivinado, en mi familia hay un nuevo integrante. Todos querían que fuera niño (a mí me valía madre, la verdad), pero resultó niña (tan chiquita y ya llevando la contraria, carajo)… NO, no es mi hija, es mi sobrina.

Lo acepto, la miré durante casi diez minutos sin decir nada. No hacía mucho (ella —y yo tampoco—), sólo dormía y sonreía de vez en cuando (supongo que por más pequeño que se esté, un pedo se disfruta igual); la verdad es que no está tan feita como yo pensaba que estaría (todos los recién nacidos se me hacen pequeños monstruos, nada personal)… Fue todo, no propuse un nombre, no esperé que fuera nada, sólo la dejé dormir; así, sin crear especulaciones a su alrededor.

Aunque sí, debo confesar que mientras la veía, pensé la manera en la que la pondría por el camino correcto: la hipnotizaré, en cuanto entienda lo que uno le dice, para que siempre me obedezca y me lleve las chelas y los tragos… es todo. Si analizamos esto, es mucho menos grave lo que planeo hacerle a tener algún plan más grande para ella.

En fin, tal vez me ví un poco amargado con lo que acabo de plasmar; pero “las esperanzas en el recién nacido”, simplemente me cagan. Ya lo explicaré en la segunda parte de esta “saga” de posts, pero a ver: ¿que pasaría si mañana la niña quiere ser puta en lugar de ama de casa? Tooodos se van a cagar pa’ dentro, menos yo. A mí todo eso me vale madre. Repito, ya lo explicaré… espero.

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En otro orden de ideas, hoy compré un vaso nuevo para mi licuadora (el anterior se chingó y no sé cómo) y en un afán por estrenarlo me dispuse a cocinar spaghetti por primera vez (confiando en mi buena racha en la cocina, basada en licuados y hot cakes)…

No le voy a mentir, estimado lector, así que pongámoslo de este modo: Si el spaghetti lo hubiera cocinado mi esposa (suponiendo que estoy casado), la habría mandado directamente a que se lo tragara en el patio con el perro… O sea, me quedó de la chingada.

Afortunadamente lo salvé con un chingo de crema, sal y una gran técnica gourmet: una gratinada de queso oaxaca hecha con 60 segundos en el horno de microondas… Me supo pinche, pero ya no tanto. Aunque no nos alarmemos, tomé nota de mis errores y prometo publicar foto pronto de un spaghetti chingón preparado por mí. Asimismo agradecería me rolaran unas buenas recetas.

También les quiero recordar que mi blog no se lleva nada bien con el reputísimo Internet Explorer, tal vez solucione eso pronto algún día. Así que mientras les recomiendo a los usuarios de semejante cochinada que se cambien a Firefox, Google Chrome (éste peca de chingón, si me lo preguntan), Opera o cualquier otro no tan culero. Miren, no les miento, mi blog es una chulada, se debería ver así:

* Click para verla más grande (sin albur) *

Es todo, voy por unas chelas.

P.D.: Agradeceré me hagan saber cualquier tipo de error que perciban en el blog (aparte del autor)… Los quiero… NO usando IExplorer, mandándome sus recetas y cambiando pañales (cagados, si no no cuentan).