Locura presumida…

Hace tiempo observaba una plática entre dos individuos: un orangután y una sabrosura. Él hablaba y hablaba sobre su vida, ella pretendía poner atención. Él fingía conocer los libros que ella mencionaba, ella fingía que le creía. Él decía lo mucho que le gustaba ver películas, ella nombraba películas que él claramente no conocía… En fin, era uno de esos tipos como los que describo aquí.

Después de contemplar la escena bastante tiempo, reí al ver cómo ella se divertía contradiciéndolo y viendo cómo el idiota se mordía la cola al no tener las respuestas que ella pedía. Ante lo anterior el orangután no tuvo más remedio que hacer lo que nunca se debe hacer:

El tipo se puso a contar una anécdota bastante estúpida con la intención de farolear mostrándose como un ser loco y de poca razón. Cuando terminó de relatar su estupidez, pasó lo que tenía que pasar… Recibió una mirada por parte de la fémina que podía traducirse como: Nomamespincheidiota. El orangután había logrado su cometido y replicó con un:

Sí, ya sé, estoy loco… Todo el mundo me lo dice.

Y fue ahí cuando, querido lector, no pude evitar reír. La fémina dijo “voy al baño” y cuando regresó se sentó alejada del orangután.

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Me parece realmente patético que alguien trate de pescar cola diciendo semejantes estupideces y disfrazando su pendejismo replicando ante toda mirada-rara “es que estoy bien loco”: Me produce una sensación que oscila entre la rabia y la ternura… pero siempre me divierto.

A pesar de que, supongo, todos hemos presumido alguna vez (depubertoscaguengues) nuestra locura; creo que la gente que presume su locura a la menor provocación, padece de todo, menos de locura.

Presumir la locura como si fuera una virtud debe ser una de las cosas más deprimentes que puede hacer una persona. No entiendo quién-cómo-y-cuándo dijo que ser loco es ser cool, gente pendeja.

Lo peor de todo es que esa gente es la misma que se alarma cuando alguien les recomienda ir a un psicólogo, ya que son de los que piensan que un psicólogo es un “loquero” y pos ellos: no-están-locos… Pero es evidente que no replicarán eso, dirán algo como: “No. Si voy a un psicólogo está claro que no podrá descifrarme. Además, ODIO que un extraño me diga lo que tengo que hacer”… son tan alternativos, we.

Y si se da el remotísimo caso de que hayan ido al psicólogo dirán: “Pfft! Lo engañé fácilmente, te dije que no iba a poder descifrarme, güey!”… Tienen grandes habilidades histriónicas y manipulan la verdad fácilmente, son geniales, güeysss.

Confieso que cada que me encuentro con un especímen como los que aquí describo, después de mi sensación de rabia-ternura, no puedo evitar reír a costa de ellos. ¿Cómo? Es fácil, querido lector, cuando se encuentren con uno: Finjan que les creen, mírenlos raro, usen expresiones del tipo “no mams! ¡¿te cae?!”, y finalmente —cuando el sujeto sienta que nos ha sorprendido demasiado con su locura y haya usado el “sí, ya sé… estoy bien loco, ¿no?”—, dígale:

Estás bien loco(a), me recuerdas mucho a los chifladitos (o cualquier otro loco absurdo que se le ocurra, querido lector).

Después de decir las palabras arriba mencionadas (y explicarle quién es el loco con el que los está referenciando, porque no-ve-tele-we), debe usted de poner mucha atención al rostro del especimen: No encontrará más odio disfrazado en ninguna otra mirada… Es sublime.

¿Pero, por qué el loco se sentirá ofendido? Pues porque él quiere ser un loco interesante, no un loco que de risa… Son exigentes hasta con su estupidez, güeysss.

Una vez que se haya ganado el odio del especimen, puede seguir viviendo. No me debe nada, estimado lector.

P.D.: Ese fui yo con un post sin sentido (los extrañaban, lo sé). Los quiero… poniéndose locos.