No siempre es bueno ser sincero…

Sentados debajo de un árbol viendo el cielo (la Luna, para ser exactos):

—¿Estás pensando lo mismo que yo?
—No.
—Ash, ¿cómo sabes que no?
—Porque no creo que estés imaginándote desnuda…
—¡Ay! ¡Eres un idiota, vete de mi casa! ¡Naco!
—¡Chingá! Primero preguntas y luego te enojas…
—¡Estúpido, lárgate!

Y fue así, público conocedor, que entendí que con la comida no se juega… Prrrtt!

P.D.: Gracias totales (muchas) por sus comentarios en el post anterior. Ahora sí, me cae que ya los quiero… un poco menos lejos.