Blue Screen…

Advertencia: Post lleno de filosofía barata, contradicciones constantes y retórica ininteligible.

Algunas veces (y digo algunas, porque mi percepción de la vida “cambia constantemente, ggüé”) siento que la vida funciona con Windows —en cualquiera de sus versiones— como sistema operativo: se actualiza sin pedir permiso, se infecta de vez en cuando, está llena de “pantallazos de la muerte” y —lo peor— deja de responder en cuanto las cosas se ponen difíciles; entre muchas otras cosas más.*

Cada quién decide si formatea su computadora en cuanto un problema mínimo se presenta o si prefiere buscar incanzablemente hasta localizar cuál es el programa/virus que ocasiona el caos y deshacerse de él… No, llamarle a un “técnico” para que solucione el problema no puede ser una opción en este caso.

Me considero parte del segundo grupo, pero en cuanto me doy cuenta de que el problema no se solucionará del todo: decido no complicarme la existencia; respaldo y formateo.

Es por eso que hoy, querido lector, le traigo la solución ideal para no perder la cabeza cuando su Windows pirata comience a fallar:

Acostúmbrese…

*Sí, sí: las actualizaciones se pueden desactivar, las infecciones se van con un buen antivirus, los pantallazos de la muerte ya no están de moda y todo depende del tipo de computadora que se tenga.

P.D.: Este post pretendía ser “serio”, pero se me fue la idea y terminé emputado; mátenme. Los quiero… usando OS X.