¡Feliz Navidad!

Época en la que vemos a los niños de la calle con otros ojos y decimos: “Ah chingá, ahora sí ha de tener hambre… vamos a darle un pesito”.

La llegada de Santa Clós:

-Le voy a pedir un xbox.
-¡Ay mijito! Pero acuérdate que ahorita hay crisis y luego no encuentra los juguetes.

El pedir posada: “¡O-os pido posada! (y chupe, ponche, piñata, tamales, colación, etc.)”.

Época en la que gastamos el dinero que no tendremos mañana: “Todo sea por estar bien con la familia, ya en enero vemos cómo le hacemos pa’ pagar las deudas. Por ahora hay que disfrutar del aguinaldo”.

Tiempo de reflexión:

-¿Me habré visto muy culero? ¡Chale! ¿Y si le mando un mensajito?….
-¡Pinche vieja! No me contestó, ha de seguir enojada… ‘ora en año nuevo le marco.

Época de dar y recibir: “Y si le compro éste? Chale, pero qué tal si me regala algo bien pitero? Mejor le doy un vale”.

Tiempo para creer en Dios:
“Si Dios me quiere pedo, pedo me pongo”; “Primero Dios, éste tequilita no me hace daño”; “Brindemos por el nacimiento de Jesucristo”; “¡Ay, Diosito! ¡Que alcance la comida!”; “Por la señal de la santa cruz de… SssSSsSsSalud!!”

Entre muchas cosas más que tenía en mente, pero que ya no me acuerdo.

Dejando de lado mis traumas infantiles y depresiones personales, no me considero fans de la navidad por la sencilla razón de que siento que su concepto se ha devaluado tanto como en su momento las pulseritas amarillas del ciclista. Es decir:

Jesucristo fue (asumiendo su existencia) un gran hijo, hermano, filósofo, redentor, salvador, etc… Pero definitivamente, es mejor como negocio y estandarte; la neta, we.

En fin, feliz navidad, cuñaditos.

Actualización un año después (24-Diciembre-2009):
Hoy releí este post y ya no estoy de acuerdo con el último párrafo. No sé por qué, pero creo que caí en el típico cliché de grinch. Actualmente sigo sin ser fan de la navidad, pero eso nunca ha significado que no la disfrute o que me la pase criticando a los poseídos por el espíritu navideño… No los critico, me burlo sanamente: que no es lo mismo.

En fin, creo que no aclaré nada, pero estoy seguro de que me entendieron. Los quiero… lejos.