A tu recuerdo:

Hijadeputa, cómo te quiero.

Me encanta la manera en que estás siempre al pendiente para cobrar algún tipo de deuda, pero igual de lista para ignorar todo una vez que se te ha pagado. Me sorprende la capacidad que tienes para llenarte de datos inútiles y recuerdos absurdos. Es más, lo disfruto; sé que todo guardas por el valor del sentir y no por el que realmente debería tener, tal vez por eso olvidas lo que es verdaderamente útil y relevante. Risa, enojo, duda, qué sé yo, por algo siempre has de almacenar algo: eres una cursi.

Me molesta mucho la manera en que a veces me cuentas las cosas, me confundes con tu anacronismo. Detesto que dejes tus historias a medias, pero me río cuando las terminas de contar algunos días después: eres la reina del flashback.

Adoro el nivel de referencias que manejas y tu manera de abordarlas cuando no eres capaz de recordar algo, aunque no logres ocuparte de nada más cuando te sabes olvidadiza. Disfruto ver cómo escribes pequeñas notas que pegas en cualquier rincón sin importar si será fácil consultarlas después: eres una mujer dispersa pero bastante ordenada. A tu modo, claro.

Esa manera tan tuya de observar discreta pero atentamente a las personas, para después describirlas física y mentalmente me resulta bastante interesante. Sin embargo, lo que más me atrae es la precisión con la que describes las sonrisas y las miradas: eres una puta retratista.

Pareces tener muchas virtudes, pero estás muy lejos de la perfección. Preferiría que olvidaras cosas con más facilidad en lugar de simplemente ignorarlas; no entiendo tu necesidad de recordar con frescura todo eso que a veces te ha hecho daño. Me emputas. Asimismo, odio que tengas dudas, me cagas, te pones insoportable y no haces otra cosa que no sea chingar y chingar hasta se te resuelvan. Tú y tu estúpida neurosis me estresan demasiado, pendeja.

En fin, sea como sea, agradezco mucho el tenerte en mi vida y te considero parte importante de mi ser. Te diría más cosas, pero mejor así… ya sé que eres una puta muy arrogante.

Ah, cómo te quiero, pinche memoria. Nunca descanses en paz.

P.D.: Sí, a mi memoria. Los quiero… de memoria.