Genética…

Octubre 25/1990

Hace poco me enteré de que voy a tener un hijo. La verdad es que no es deseado y probablemente haga hasta lo imposible por deshacerme de él…

Todos mis planes están marchando a la perfección como para permitir que un niño inesperado me los arruine. ¿Su madre? La verdad es que no la quiero -nunca la quise- y eso es lo que me facilita un poco más el tomar esta decisión. Ambos (su madre y yo) hemos hablado al respecto, me he cansado de decirle a Sofía (la madre) que no tiene caso traer al mundo a un hijo que difícilmente podremos mantener y que no será feliz; a ella no le importa, dice que no quiere pecar: quiere que su hijo nazca. 

Sí, sé que acabo de mencionar que mis planes van bien, pero un hijo ahora causaría que estos planes se frenaran, y entonces sí: a morir los tres de hambre -la madre, el niño y yo-.

Es por eso que hoy, como no he sido capaz de convencer a Sofía de que debe abortar, he decidido marcharme y borrarme del mapa… Si la genética es justa, mi hijo entenderá el por qué lo hice y será tan cabrón como yo. Adiós.

Jerónimo
—————————————————————

Lo anterior fue escrito en la última página del diario de Jerónimo. En cuanto Julián lo leyó (después de encontrarlo en una caja que guardaba su madre con recelo en el ático), reafirmó su teoría: “A nadie en este pinche mundo le importaba una chingada”.

Julián se suicidó tras leer una técnica infalible en el diario de su padre, quien también llegó a tener pensamientos suicidas y apuntaba las técnicas que iba descubriendo, para usar la mejor cuando tuviera el coraje para matarse…

Jerónimo no contaba con que la genética no sólo NO es justa, sino que es bastante pendeja: En lugar de heredarle a su hijo lo cabrón, le heredó lo depresivo…

Feliz día del padre.